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Foto del escritorLa Ronde

Héroes en el barro. La historia del ciclocrós.

Nacido a principios del siglo XX, este deporte ha evolucionado desde sus humildes orígenes como una actividad invernal para ciclistas de carretera hasta convertirse en una modalidad popular con campeonatos mundiales y seguidores apasionados.




Origen: Los Primeros Años (1900-1930)

El ciclocrós tiene sus raíces en Europa Occidental, particularmente en Francia y Bélgica, a principios del siglo XX. Se dice que el ciclista francés Daniel Gousseau fue uno de los pioneros de la modalidad, organizando las primeras carreras de ciclocrós en 1902. Gousseau, inspirado por el deseo de entrenar durante los meses invernales, ideó una forma de mantenerse en forma mientras recorría senderos de campo a través, sorteando obstáculos naturales como árboles caídos, ríos y terrenos fangosos. Esta combinación de ciclismo con carreras a pie y tramos técnicos dio forma a lo que hoy conocemos como ciclocrós.


En sus inicios, el ciclocrós fue visto como una forma de entrenamiento invernal para los ciclistas de carretera, que utilizaban esta modalidad para mantener la condición física durante los meses fríos. Los recorridos exigentes y los terrenos variables, que incluían barro, nieve, arena y césped, ayudaban a los ciclistas a desarrollar habilidades de manejo de la bicicleta y fuerza en condiciones difíciles.


La Expansión Europea y el Primer Campeonato Nacional (1930-1950)

Durante las décadas de 1920 y 1930, el ciclocrós se extendió por toda Europa, con una popularidad creciente en países como Francia, Bélgica y Suiza. En 1924, se organizó el primer Campeonato Nacional de Ciclocrós en Francia, lo que marcó un hito importante para el deporte. La carrera fue ganada por Gaston Degy, y este evento contribuyó a establecer el ciclocrós como una modalidad ciclista seria.


En los años 40, en plena guerra y durante la ocupación nazi, se organizó el Cx de Montmartre, más próximo a una carrera urbana.

En Bélgica, un país que más tarde se convertiría en una potencia del ciclocrós, el deporte comenzó a ganar tracción en la década de 1930. Bélgica no solo se destacó por su amor por el ciclismo en general, sino que las condiciones climáticas del país, con inviernos duros y terrenos fangosos, eran ideales para esta modalidad.





El Surgimiento del Ciclocrós Profesional y los Primeros Campeonatos Mundiales (1950-1970)

El verdadero auge del ciclocrós llegó después de la Segunda Guerra Mundial. En 1950, la Unión Ciclista Internacional (UCI) organizó el primer Campeonato Mundial de Ciclocrós en París, donde el suizo Jean Robic, ganador del Tour de Francia en 1947, se coronó como el primer campeón mundial. Este evento fue fundamental para la internacionalización del ciclocrós y su consolidación como una disciplina oficial en el ciclismo.


Jean Robic, Campeonato del Mundo de Cx, París, 1950.

Eric De Vlaeminck, 7 veces campeón del mundo de Cx.

A medida que el ciclocrós ganaba popularidad, los circuitos comenzaron a profesionalizarse. Las carreras se estructuraron mejor, los recorridos se hicieron más desafiantes y las bicicletas específicas para ciclocrós comenzaron a diseñarse para afrontar mejor las condiciones técnicas y climáticas del deporte.

En los años 60 y 70, el ciclocrós se consolidó en países como Países Bajos, Italia y Alemania, además de los bastiones tradicionales en Francia y Bélgica.


Dominio Belga y el Auge en la Década de 1980 y 1990

A partir de la década de 1980, Bélgica se convirtió en el indiscutible epicentro del ciclocrós. Figuras legendarias como Roland Liboton dominaron la escena, ganando múltiples campeonatos mundiales y copas del mundo. El ciclocrós comenzó a formar parte integral de la cultura ciclista belga, con carreras que atraían a grandes multitudes y contaban con el respaldo de importantes patrocinadores.


Durante estos años, la tecnología también empezó a jugar un papel más relevante. Las bicicletas de ciclocrós evolucionaron hacia diseños más ligeros y resistentes, con neumáticos específicos para barro y sistemas de cambios más precisos. Esto permitió a los ciclistas afrontar los complicados circuitos con mayor eficacia.


En los años 90, el ciclocrós experimentó un nuevo auge con la llegada de competiciones internacionales más amplias, como la Copa del Mundo de Ciclocrós, que permitió que ciclistas de otros continentes comenzaran a ganar reconocimiento en la disciplina. A pesar de esto, los belgas continuaron siendo los reyes indiscutibles del deporte, con ciclistas como Sven Nys, considerado por muchos como el mejor ciclista de ciclocrós de todos los tiempos, ganando múltiples títulos durante esta época.



El Siglo XXI: Globalización y Diversificación

En el siglo XXI, el ciclocrós ha continuado creciendo en popularidad a nivel mundial. Países fuera de Europa, como Estados Unidos y Japón, han abrazado el deporte, con el surgimiento de ligas nacionales y la participación en eventos internacionales.

La Copa del Mundo de Ciclocrós ha ampliado sus fronteras, con etapas disputadas fuera de Europa, lo que ha ayudado a globalizar la disciplina.


El ciclocrós moderno es un espectáculo tanto físico como técnico. Las carreras suelen durar entre 40 y 60 minutos, con circuitos que incluyen obstáculos artificiales como escaleras, tablones de madera y rampas, además de terrenos naturales difíciles. Los corredores a menudo deben desmontar de sus bicicletas y correr con ellas al hombro para superar ciertos obstáculos, lo que requiere una mezcla única de habilidades.


Además, la profesionalización del ciclocrós ha continuado, con la aparición de estrellas como el neerlandés Mathieu van der Poel y el belga Wout van Aert.



Hall of Fame

Han venido a sumar su nombre a un Hall of Fame donde se destacan como referencia entre otras leyendas:


  • Erik De Vlaeminck: Con siete títulos mundiales consecutivos entre 1968 y 1973, De Vlaeminck es considerado por muchos como el dominador absoluto de una era. Su habilidad técnica y su fuerza en condiciones adversas lo convirtieron en una leyenda del ciclocross.

  • Roger De Vlaeminck: Hermano menor de Erik, Roger también dejó una huella imborrable en el deporte, con numerosas victorias en carretera, ciclocrós y pista. Aunque no alcanzó el dominio de su hermano en el ciclocrós, su versatilidad y palmarés lo colocan entre los mejores de la historia.

  • Mathieu van der Poel: En la actualidad, Van der Poel está reescribiendo los libros de récords del ciclocrós. Su dominio en las últimas temporadas, combinado con su talento en otras disciplinas como el mountain bike y la carretera, lo posiciona como uno de los grandes favoritos para convertirse en el mejor de todos los tiempos.

  • Wout van Aert: El eterno rival de Van der Poel, Van Aert ha demostrado ser un ciclista excepcional en todas las disciplinas. Campeón del mundo y leyenda del Cx.

  • Sven Nys: Conocido como "El Rey del Barro", Nys es otro de los grandes campeones del ciclocrós. Con dos campeonatos mundiales, siete copas del mundo y más de 140 victorias competitivas, es considerado uno de los mejores corredores de ciclocrós de su generación y sigue siendo una figura destacada del ciclocrós.


El futuro

El ciclocrós ha evolucionado desde un simple entrenamiento invernal hasta convertirse en una disciplina ciclista de élite. Con una rica historia y una base de aficionados cada vez más amplia.


Hoy en día, el ciclocrós es un espectáculo popular que combina velocidad, técnica y resistencia, atrayendo a nuevas generaciones de ciclistas y ofreciendo a los espectadores momentos de emoción y adrenalina.


Con esa mezcla de elementos técnicos y físicos, el ciclocrós es un deporte en constante evolución, de gran plasticidad visual y con un futuro prometedor por delante.



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