Tras un ascenso ininterrumpido de 1.500 de acumulado, se termina con un porteo final de casi 1 km a 3.000 metros de altura donde faltan las fuerzas y el aire.
Al lado de la cruz que marca su cota máxima, en una estrecha cumbre donde apenas cabemos una decena de los que van llegando, hidratar, cargar energía y observar lo que viene. Ese descenso que define tantas cosas.
Un descenso alpino formidable que obliga a desistir a no pocos, que enamora a otros tantos, que recordarán para siempre todos.
On board del mítico Luke Harrison que, como siempre, hace más fácil lo que en el terreno parece suicida.
Curiosidad: Minuto 14:22 del vídeo aparece uno de los elementos de "La Ronde" cuando aún no era La Ronde o sí, pero de otra manera.
Aquellos tiempos en los que íbamos a IB a hacer fotos, escribir artículos y aguantar histerias. Propias y ajenas.