¿Qué hace que un puerto sea especial?
La belleza de un puerto ciclista radica en su combinación de factores:
Pendiente: La pendiente media y máxima son factores clave que determinan la dificultad de un puerto.
Longitud: La distancia a recorrer también influye en la dificultad, ya que requiere una mayor resistencia física.
Clima: Las condiciones climáticas pueden variar significativamente entre los diferentes puertos, lo que añade un elemento de imprevisibilidad.
Entorno: La belleza natural del entorno y la historia asociada a un puerto también contribuyen a su atractivo.
Hemos hecho una lista de los más famosos y exigentes del mundo.
El Col du Tourmalet en los Pirineos franceses es uno de los más altos y frecuentes del Tour de Francia, con 2.215 metros de altitud y 19 km de ascensión desde Luz Saint Sauveur.
Historia: Es uno de los puertos de montaña más famosos del Tour de Francia, con una historia que se remonta a principios del siglo XX. Ha sido testigo de innumerables batallas épicas entre los mejores ciclistas del mundo.
Con una altitud de 2115 metros y una pendiente media del 7%, el Tourmalet es un desafío formidable para cualquier ciclista. Sus rampas empinadas y su longitud lo convierten en una prueba de resistencia.
El Passo dello Stelvio en los Alpes italianos es el puerto asfaltado más alto de Europa, con 2.758 metros de altitud y 24,3 km de subida desde Prato allo Stelvio. Sus 48 curvas de herradura son un reto para cualquier ciclista, y sus vistas son impresionantes.
El Mont Ventoux en la Provenza francesa es el “Gigante de Provenza”, con 1.912 metros de altitud y 21,4 km de ascenso desde Bédoin.
Su cima pelada y ventosa es un símbolo del ciclismo, donde se han escrito páginas gloriosas y trágicas, como la muerte de Tom Simpson en 1967.
El Alpe d'Huez se eleva a 1850 metros sobre el nivel del mar y es famoso por su estación de esquí y, por supuesto, por su exigente ascenso que ha sido escenario de numerosas etapas del Tour de Francia.
21 curvas de la leyenda
Una de las características más distintivas del Alpe d'Huez son sus 21 curvas, cada una con un cartel que conmemora una victoria histórica. Estas curvas, combinadas con rampas que superan el 12%, hacen de esta subida una prueba de resistencia y habilidad para cualquier ciclista.
El Col de Sarenne en los Alpes franceses es una subida salvaje y solitaria, que se puede combinar con el famoso Alpe d’Huez.
Tiene 1.999 metros de altitud y 15,3 km de ascenso desde Le Bourg d’Oisans.
Su carretera estrecha y bacheada es un desafío para la técnica y la resistencia.
El Angliru en los Picos de Europa españoles es uno de los puertos más duros del mundo, con 1.573 metros de altitud y 12,5 km de subida desde La Vega.
Sus rampas de hasta el 23,5% son una pesadilla para los ciclistas y estaría en el pódio de los puertos más exigentes en competición.
El Paso Pordoi en las Dolomitas italianas es uno de los puertos más bellos del mundo, con 2.239 metros de altitud y 9,4 km de subida desde Canazei.
Sus 33 curvas están rodeadas por las impresionantes cumbres de los Dolomitas, y en la cima hay un monumento a Fausto Coppi.
El Colle Fauniera es un puerto de montaña situado en los Alpes Marítimos, en la región italiana del Piamonte. Tiene una altitud de 2.481 metros y une la Valle Grana con la Valle Stura di Demonte. Es un puerto muy duro y espectacular, con cuatro ascensiones posibles, todas ellas con rampas de hasta el 15%.
Es famoso por haber sido escalado una sola vez en el Giro de Italia, en 1999, cuando Marco Pantani se vistió de rosa y en la cima hay un monumento dedicado a él. También se le conoce como Colle dei Morti, en recuerdo de los soldados franco-españoles que murieron aquí en una emboscada en 1744.
Es uno de los puertos más bellos y desafiantes de Europa.
El Mortirolo, también conocido como Passo della Foppa, es uno de los puertos de montaña más icónicos y desafiantes del ciclismo. Situado en los Alpes italianos, alcanza una altitud de 1.852 metros y conecta Mazzo di Valtellina con Val Camonica.
Este puerto es famoso por su extrema dificultad, especialmente la subida desde Mazzo di Valtellina, que se extiende por 12,4 kilómetros con una pendiente media del 10,5% y picos que alcanzan el 18%. Desde su inclusión en el Giro de Italia en 1990, el Mortirolo ha sido escenario de numerosas hazañas ciclistas.
El Monte Zoncolan, situado en los Alpes Cárnicos de Italia, es uno de los puertos de montaña más temidos y respetados en el mundo del ciclismo. Con una altitud de 1.750 metros, este puerto ha sido escenario de numerosas etapas épicas del Giro de Italia.
El Zoncolan se puede ascender desde dos vertientes principales: Ovaro y Sutrio. La subida desde Ovaro es la más famosa y desafiante, con una longitud de 10,1 kilómetros y una pendiente media del 11,9%, alcanzando rampas de hasta el 22%1. Esta vertiente se ha ganado la reputación de ser una de las más duras de Europa, comparable al Angliru en España.
El Teide es una subida que se realiza en la isla de Tenerife, en las Islas Canarias, España. Se trata de una ascensión al volcán Teide, el pico más alto de España y el tercer volcán más alto del mundo desde su base. El puerto ciclista Teide tiene una longitud de unos 50 km y un desnivel acumulado de unos 2.300 metros, partiendo desde el nivel del mar en Puerto de la Cruz.
Es una subida muy exigente y variada, que atraviesa diferentes paisajes y climas, desde la costa hasta la cumbre, pasando por bosques, campos de lava y rocas volcánicas. El puerto ciclista Teide es uno de los más espectaculares y desafiantes del mundo, y ha sido escenario de varias etapas de la Vuelta a España y de otras pruebas ciclistas, como la Vuelta al Teide, una marcha cicloturista de gran fondo que se celebra cada año en el mes de mayo3. El puerto ciclista Teide es una experiencia única para los amantes de la bicicleta, que podrán disfrutar de unas vistas impresionantes y de un entorno natural protegido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El puerto ciclista Troumusse, o Cirque de Troumouse, es una subida que se realiza en los Pirineos franceses, cerca de la frontera con España. Es una de las pruebas más bellas y salvajes de la cordillera, que asciende hasta el mayor glaciar de los Pirineos, con una altitud de 2.087 metros.
El puerto tiene una longitud de unos 27 kilómetros y un desnivel acumulado de unos 1.500 metros, partiendo desde el pueblo de Luz Saint Sauveur.
Troumusse es una experiencia única para los amantes de la bicicleta, que podrán disfrutar de unas vistas impresionantes y de un entorno natural protegido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Mt. Washington en Norteamérica es el puerto más alto y duro de Estados Unidos, con 1.917 metros de altitud y 12,2 km de subida desde Pinkham Notch.
Su pendiente media es del 12%, pero llega hasta el 22% en algunos tramos, y el viento y el frío son factores añadidos.
El Haleakala en Hawái es un volcán inactivo que ofrece una de las subidas más largas y espectaculares del mundo, con 3.055 metros de altitud y 58 km de ascenso desde Paia.
Su carretera atraviesa diferentes ecosistemas, desde el nivel del mar hasta la cima lunar.
El Paso del Hochtor en Austria es la puerta al pico más alto del país, el Grossglockner, con 3.798 metros de altitud. El puerto tiene 2.504 metros de altitud y 16,8 km de subida desde Heiligenblut.
Su carretera es una obra maestra de la ingeniería, con túneles y puentes que ofrecen vistas panorámicas.
Paso de los Libertadores (Chile-Argentina): Este puerto ofrece vistas espectaculares de la cordillera de los Andes y un desafío constante gracias a su pendiente y longitud.
Paso de Khardung La (India): Ubicado en la región de Ladakh, este puerto es considerado el más alto del mundo accesible por carretera. Su altitud y clima extremo lo convierten en un desafío único.
El Pico Veleta en España es la carretera más alta de Europa, con 3.394 metros de altitud y 42,5 km de subida desde Granada.
Su ascensión es una aventura, ya que los últimos kilómetros están cerrados al tráfico y el asfalto está en mal estado. La recompensa es una vista increíble de Sierra Nevada.
Alpe du Zwift: Inspirado en el icónico Alpe d'Huez, este puerto es un clásico en Zwift y ofrece una pendiente constante y exigente.